lunes, 19 de octubre de 2009

Padmanabha Swami


Me sorprende la similitud de conceptos que tienen muchas expresiones del libro con la cultura y filosofía de la India, la cual practico en mi vida cotidiana.
De acuerdo a la consideración védica y desde ya a mi propio sentir interno, mi felicidad depende en que tanto yo me esfuerce por hacer feliz a los demás. Mi felicidad (y por ende "la" felicidad) surgirá en la misma medida en que yo logre generar eso mismo que estoy buscando recibir. Y desde ya, el origen de la verdadera felicidad es Dios (a quien gustamos de llamar "Krishna" -el supremamente atractivo-). Pues a través de un vínculo con El, la verdadera, perdurable y eterna felicidad del alma puede ser obtenida, y por ende, en la medida en que seamos exitosos en establecer una relación personal corazón a corazón con la divinidad, en esa misma medida lograremos experimentar y por ende poder compartir una felicidad genuina, no una felicidad ilusoria y temporal, que tenga un comienzo y un fin en el tiempo y el espacio. Abrazo.

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